miércoles, 4 de diciembre de 2013

Ego te absolvo

Quiero decir  si cabe alguna posibilidad, aunque sea remota, de que el citado contacto tenga de algún modo lugar en un plano distinto al físico, al sexual.
Si, si, evidentemente, pero antes, ¿no tiene lugar ningún tipo de complicidad entre ustedes, un acercamiento intangible, tácito, mediato? Digamos que es cuando previamente a la fisicidad del encuentro, uno es capaz de reconocer un tipo de estímulo cognitivo que le subyuga, una pulsión intelectual avocada irremediablemente a, por así decirlo, la carne ajena. Está bien, está bien. Tiene usted razón. A ver, antes de acostarse con una mujer, ¿considera alguna cosa que no sean las proporciones físicas de la misma? Perdón, quiero decir, me refiero a  unas piernas por las que usted sería capaz de cambiar de equipo, un culo por el que sería capaz de cambiar el voto las próximas elecciones, unas tetas por las que sería capaz de cambiar de religión. Ya, claro, jamás podría cambiar de equipo. Está bien, creo que es suficiente por hoy.