martes, 10 de diciembre de 2013

Alguien leyó sobre el nido del buitre

Querido Baley:


Últimamente, entre los contertulios círculos balompédicos en que suelo participar, ya sabe a cuales me refiero, esa pléyade, esa rémora de viejas glorias, de viejas o sólo glorias que venimos a reunirnos los sábados para destilar en la cancha las última gotas de  imaginación que aún nos quedan, el tema estrella viene a enjuiciar la capacidad de determinado jugadores históricos, incluso legendarios, incluso vivos, para jugar hoy día ya no en los clubes a los que pertenecieron, sino incluso a nivel profesional, respecto de los cuales, el consenso general ni si quiera les da la oportunidad de debutar en primera  división.
Sin embargo he de decir que tal conclusión me parece del todo injusta, y por tanto equivocada, y no sólo a la luz de mi ánimo siempre a la contra, más por el juicio de talentos y talantes fuera de su esfera y lapso.

Efectivamente, querido Baley, resulta arbitrario decir que aquel pretérito demiurgo merengue, el mismo que dio sentido a la teoría de la relatividad plegando espacio y tiempo en el área, ese tipo a un paquete pegado, ni si quiera calentaría banco en Chamartín, pues el fútbol no es ahora lo que era, ni antes fue lo que ahora es.

Es como si ahora en 2013 tildásemos Turbolover de power-pop, y nos viéramos prestos a escribir una tesis que fuera a expulsar a los Judas del Olimpo del Heavy Metal, sin tener en cuenta el contexto sónico en que Turbo  fue editado.

Pero lo interesante de esta hipótesis en torno al calcio resulta de aplicar la misma al mundo editorial y/o literario, en la pregunta que el otrora capitán del Rostock F.C., Bobby Mandalay, sometiera a la consideración de la  audiencia en su ponencia del pasado día 3, Hijos de puta e hijos de escorts, diferencias y pareceres: ¿creen de veras posible que en el ambiente editorial de hoy día, escritores como Céline, Henry Miller, o incluso el mismísimo David Foster Wallace, de haber sido español, tendrían alguna oportunidad de ser publicados en nuestro país?

Y la respuesta, que a mí me parece tan rotunda como al señor Mandalay, es exactamente la misma que pesa sobre tipos ignominiosos como Josef Ajram, Ramón Fano, o la mismísima Belén Esteban, etc., caso de haber escrito, o existido, para esta última, hace cien años.


Sin otro particular


Casey Rossfield



P.D.: Cualquiera sabe que España es el país de Europa donde más se edita al cabo del año, de ahí que mi pregunta dirigida al sector en general, respecto de la supuesta crisis que está viviendo es la siguiente: ¿es esta una crisis asociada a la pérdida de capacidad adquisitiva de los consumidores, lo es referida al formato electrónico, un tren que están perdiendo algunas editoriales, o es una respecto de las pérdidas en ventas del lastre de morralla pura y dura que se publica todos los años y que ya no cuela ni para el más ocasional de los lectores?